miércoles, 26 de febrero de 2014

El legado andalusí en las comidas y las plantas.


Es innegable la importancia del legado andalusí en la península y en todo occidente en general.
Nuestro alumnado estudia la historia de al Andalus en sus aspectos políticos, sociales, económicos, culturales y artísticos. Lo hemos visto también en la gastronomía y ahora completaremos nuestra información en el léxico. Son casi 3000 los vocablos que el castellano debe al árabe, y se refieren a todos los ámbitos.
Con respecto a la gastronomía la aportación de la lengua árabe es indudable no sólo por los alimentos y cultivos que llegaron a nuestras tierras con los nuevos pobladores sino en como el idioma árabe rebautizó algunos productos enriqueciendo el naciente castellano. Así junto a cultivos recién llegados como el arroz, vemos como algunos alimentos cambiaron su denominación, así, el sésamo se convirtió en ajonjolí, la panocha en mazorca, el membrillo en zamboa, la judía en alubia, la oliva en aceituna y el oleum latino será ya para siempre aceite.
Ahora proponemos a nuestros alumnos y alumnas una actividad que enlaza la gastronomía y la etimología.
Se trata de una sopa de letras con términos castellanos que proceden del árabe y que hacen referencia a comidas, productos de la huerta, plantas etc y que nos ayudan a entender lo valioso del legado andalusí.
Pero también aparecen flores; por que sí, también algunas flores pueden ser comestibles.
La alta cocina actual, con sus estéticas y fragantes innovaciones no puede desconocer que la aportación floral ya se daba en oriente desde Japón y China hasta el Islam.
En nuestra sopa de letras aparecen flores, algunas son comestibles, otras no, nuestros alumnos podrán clasificarlas e identificar cuales pueden ser un placer para los sentidos y cuales pueden ser letales.
Finalmente entre todas nuestras palabras se coló una que por su forma puede parecer árabe pero es genuina y auténticamente latina, ¿Cuál será?



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