Filosofar y cocinar, actividades antiquísimas ambas, han
permanecido a menudo ajenas la una a la otra, entre otras cosas por
la diferencia de sexo de quienes las practican: ámbito femenino por
excelencia la cocina, territorio puramente masculino la filosofía.
Pero conocer y comer están hecho de la misma pasta y son hijos de la
misma madre, como nos dejan entrever numerosas metáforas: devorar un
libro, digerir un concepto, mascar algo de latín, tener sed de
saber. Estas páginas, ingeniosas y amenas, nos introducen en un
laboratorio de filosofía culinaria o, mejor aún, en una cocina
filosófica donde se reúnen estos dos mundos: comiendo olivas e
higos secos con Platón, sentados a la mesa de Kant, recostados sobre
la hierba para merendar en compañía de Kierkegaard o pelando
patatas con Wittgenstein, se saborean más las ideas y se comprende
mejor la riqueza cultural de los alimentos que alegran nuestras
mesas.
Filosofía en la cocina
Pequeña crítica de la razón culinaria
Francesca Rigotti
Herder, 2001
Rafi López
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